Himno Nacional Argentino
Himno Nacional Argentino (euskaraz: Argentinako ereserki nazionala) Argentinako ereserkia da 1813tik. Beste zenbait izenez ere ezaguna izan da: hasieran Marcha Patriótica (euskaraz: Martxa abertzalea), gero Canción Patriótica Nacional (euskaraz: Kanta abertzale nazionala) edo Canción Patriótica (euskaraz: Kanta abertzalea), baina 1847az geroztik gaur egungo izena du. Sarritan, lehendabiziko lerroko hitzez ere ezagutzen da, hau da, ¡Oíd, mortales! (euskaraz: Adi, hilkorrak!)
Himno Nacional Argentino | |
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Jatorria | |
Ezaugarriak | |
Hizkuntza | gaztelania |
Tonoa | Si bemol maior |
Hitzak | Vicente López y Planes (en) |
Bestelako lanak | |
Musikagilea | Blas Parera (en) |
José Mardones lantarondarra izan zen ereserki hau grabatu zuen lehen euskal hiritarra[1]; 1910eko azaroan grabatu zuten AEBetan.
Musika
Blai Parera i Moret kataluniarrak ondu zuen 1813an. Konponketak euskal jatorriko Juan Pedro Esnaola argentinarrak egin zuen.
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Hitzak
Vicente López y Planes buenosairestarrak idatzi zituen 1812an.
1813ko gaztelaniazko jatorrizko hitzak
Oíd, mortales, el grito sagrado:
Libertad, Libertad, Libertad.
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación,
coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león.
Errepika
Sean eternos los laureles,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o queremos con gloria morir!
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos:
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas,
y en sus huesos revive el ardor,
lo que va renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor:
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel;
su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
¿No los véis sobre México y Quito
arrojarse con saña tenaz
y cuál lloran, bañados en sangre,
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los véis sobre el triste Caracas
luto , llantos y muerte esparcir?
¿No los véis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve, argentinos,
el orgullo del vil invasor;
vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos, que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Ayres se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo León.
San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillante cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio.
Sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la libertad,
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñado
les repite: "¡Mortales, oíd!:
ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud".
Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!
Letra etzanaz bertsio modernoan agertzen ez diren estrofak.
1924ko bertsio modernoa gaztelaniaz
Oíd, mortales, el grito sagrado:
"¡libertad, libertad, libertad!"
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud
y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!
Al gran pueblo argentino, ¡salud!"
Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!"
Errepika
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!
Erreferentziak
- Ikus El himno argentino y Mardones artikulua.